¡Alerta científica! Así afecta Bad Bunny a tu salud mental: habla la química puertorriqueña

Un estudio de expertos en Puerto Rico reveló conclusiones sorprendentes en relación a las producciones de Benito Antonio Martínez Ocasio

¡Alerta científica! Así afecta Bad Bunny a tu salud mental: habla la química puertorriqueña
Referencial Freepik

Bad Bunny es uno de los artistas más exitosos y controversiales de las últimas décadas. Su trabajo desata pasiones o no deja espacio para términos medios: lo aman o lo detestan. ¿La razón? su música se graba a ritmo de reguetón, un movimiento que siempre navega en la polémica.

Bailes y letras muy subidos de tono, que ruborizan a muchos, forman parte de una ensalada de elementos que no dejan indiferente a nadie. Es algo más que un movimiento musical, es ya un fenómeno sociocultural que define a muchos humanos del siglo XXI.

Tanto es el peso y la influencia del reguetón y el "Conejo Malo" en cientos de millones de personas, que son objeto de estudio científico.

Es así como esta semana se conoce una reveladora sentencia: la música urbana no solo mueve cuerpos, también transforma cerebros. El Colegio de Químicos de Puerto Rico (CQPR) presentó un estudio que demuestra cómo las canciones de Bad Bunny activan neurotransmisores responsables del placer, la euforia y la conexión social.

Según el informe, escuchar al artista estimula la liberación de dopamina, serotonina y oxitocina. Estas sustancias bioquímicas fortalecen el bienestar emocional de los fanáticos. María Santiago Reyes, miembro y expresidenta del CQPR, explicó que los asistentes a conciertos no solo bailan; también se conectan a nivel neuroquímico, según refiere INFOBAE.

La relación de Bab Bunny con una residencia musical con implicaciones científicas

El análisis surge como antesala a la residencia artística “No Me Quiero Ir de Aquí”, que tendrá lugar en el Coliseo de Puerto Rico entre el 11 de julio y el 14 de septiembre. Aunque el estudio no se enfoca directamente en este espectáculo, sirve de contexto para explorar el vínculo entre eventos masivos, neuroquímica e innovación energética.

Santiago Reyes señaló que el fenómeno cultural alrededor de Bad Bunny ofrece una oportunidad educativa clave. Permite divulgar temas como la salud mental colectiva, la sostenibilidad y la transición a energías limpias. La música popular, según la experta, potencia conversaciones urgentes a través del arte.

Ciencia, sostenibilidad y transformación social

El CQPR también abordó el impacto ambiental de los grandes eventos. Advirtieron sobre los altos volúmenes de desechos y el consumo energético que genera cada concierto. Por ello, proponen soluciones como el uso de energía solar, baterías de litio, reciclaje eficiente y alianzas con grupos ecológicos locales.

Estas propuestas se debatirán en profundidad durante el PRCHEM 2025. El evento reunirá a expertos en salud, ambiente, inteligencia artificial y educación entre el 30 de julio y el 2 de agosto en el Centro de Convenciones de Puerto Rico.

José A. Pérez, presidente del CQPR, enfatizó que la ciencia debe integrarse en la vida cotidiana. Afirmó que si una canción puede congregar multitudes, la ciencia puede guiarlas. En palabras del Colegio, la química está en todo: en la música, en el cuerpo y en el cambio social.

 

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