Aunque la temporada de huracanes del Atlántico 2025 comenzó de forma inusualmente calmada, los expertos advierten que la tranquilidad podría ser solo temporal.
Hasta ahora, el mapa climático muestra pocas amenazas activas, con apenas tres tormentas tropicales nombradas —Andrea, Barry y Chantal—, todas de baja intensidad, aunque Chantal dejó inundaciones mortales en Carolina del Norte.
Sin embargo, los meteorólogos coinciden en que esta calma no debe confundirse con seguridad, según reseña Mundo Now.
Huracanes en EEUU
Según Phil Klotzbach, experto de la Universidad Estatal de Colorado, si bien el número de tormentas con nombre está por encima del promedio, otros indicadores esenciales como la Energía Ciclónica Acumulada (ACE) siguen por debajo de lo habitual.
Esta métrica mide tanto la duración como la intensidad de las tormentas y refleja que el inicio de la temporada es el más débil desde 2009.
Sin embargo, este patrón puede ser engañoso, ya que podría estar generando una acumulación de energía que podría liberarse en forma de ciclones más intensos a partir de agosto.
Aguas cálidas, menos polvo y una atmósfera en transformación
El panorama podría cambiar drásticamente en las próximas semanas debido a diversos factores meteorológicos. Michael Lowry, especialista de WPLG-TV, advierte que los meses de agosto y septiembre suelen marcar un punto de inflexión en la actividad ciclónica, eliminando obstáculos naturales que antes impedían el desarrollo de huracanes.
Andy Hazelton, del Instituto de Meteorología de la Universidad de Miami, señala que el ingreso de la Oscilación Madden-Julian (OMJ) en sus fases más activas durante agosto, sumado al calentamiento anormal del océano en la Región Principal de Desarrollo del Atlántico, podría disparar la formación de huracanes.
También se espera una significativa reducción del polvo sahariano, lo que creará condiciones aún más propicias para los ciclones.
Pese al arranque lento, la NOAA prevé hasta 19 tormentas con nombre y hasta 10 huracanes en total. Los expertos insisten en no bajar la guardia: la aparente calma de julio podría ser solo el preludio de una temporada mucho más activa y peligrosa.
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