Las residencias para personas mayores y centros de vida asistida en Estados Unidos enfrentan una grave escasez de personal debido a las políticas migratorias impulsadas por la administración Trump.
Estas han llevado a la revocación de permisos laborales para miles de inmigrantes, muchos de ellos esenciales en el sector.
¿Cuál ha sido el impacto real en el personal?
Organizaciones como A.G. Rhodes, que administra tres centros en el área de Atlanta, reportan que cerca de un tercio de su plantilla son trabajadores extranjeros. Ocho de ellos perderán su autorización tras cancelarse su Estatus de Protección Temporal (TPS), y la administración teme que puedan sumarse más casos.
En Florida, el complejo Toby and Leon Cooperman Sinai en Boca Ratón perdió a 10 empleados con permisos humanitarios y anticipa hasta 30 despidos adicionales, apenas tras el vencimiento del TPS, afectando plazas de cuidado directo, mantenimiento y cocina, de acuerdo al portal de noticias AP.
¿Puede ser un verdadero problema?
El trabajo de cuidado a largo plazo ya presentaba escasez preexistente, agravada durante la pandemia. Ahora, las restricciones migratorias reducen aún más la entrada de nueva mano de obra, mientras los procesos de visa para enfermeros se alargan y muchos profesionales prefieren mudarse a países con trámites más ágiles como Canadá o Alemania
Centros como A.G. Rhodes reportan una disminución de solicitudes y un aumento en el ausentismo por temor a operativos migratorios, incluso entre quienes cumplen con sus papeles.
¿Hay desafío demográfico?
Casi una cuarta parte de los auxiliares de cuidado, enfermería y atención domiciliaria son inmigrantes, según PHI, y su rol es clave en un momento en que se proyecta que la demanda de estos servicios crezca en más de 800,000 nuevos empleos para 2032.
Representantes de la industria como Katie Smith Sloan, de LeadingAge, describen la situación como “un golpe al estómago”, ya que los centros pierden personal y deben aumentar la remuneración para captar nuevos trabajadores en un escenario adverso.
¿Cuáles han sido las consecuencias y las respuestas a este problema?
Muchas residencias han implementado incentivos como bonos por recomendación y ajustes salariales, pero persiste el rechazo generalizado de trabajadores estadounidenses a cubrir plazas como auxiliares y limpieza.
Con la reducción del flujo migratorio legal y largas demoras en criterios de visas médicas, tanto centros de vida asistida como hospitales enfrentan una amenaza sin precedentes para su estabilidad operativa.
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