El mercado inmobiliario de Estados Unidos experimenta un cambio importante, pues los propietarios están perdiendo todo su poder de negociación ante la crisis del sector.
Según reseñó la agencia Associated Press, la escasez de compradores fuerza a muchos vendedores a rebajar los precios de sus viviendas o, incluso, a retirarlas del mercado.
Este estancamiento prolongado en las ventas marca una nueva era donde la dinámica de oferta y demanda cambió drásticamente.
Atrás quedaron los días de las guerras de ofertas; ahora, los compradores dictan las condiciones.
Efecto dominó
La desaceleración del sector inmobiliario no es un evento aislado; sus repercusiones se extienden por toda la economía.
Cuando las ventas de viviendas caen, la construcción de nuevas propiedades también se resiente, afectando a la industria de materiales y al empleo en el sector.
Según datos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB), los permisos de construcción unifamiliar muestran una tendencia a la baja en los últimos meses.
Esto está impactando directamente a subsectores como las mudanzas, la venta de muebles y electrodomésticos.
Un mercado inmobiliario debilitado puede erosionar la confianza del consumidor y reducir el gasto general, creando un efecto dominó que ralentiza el crecimiento económico nacional según informa la agencia.
Datos geográficos
El impacto de este cambio no se siente de forma uniforme en todo el país, según señalan expertos del mercado inmobiliario estadounidense.
Algunos mercados experimentan una corrección más aguda que otros, creando un mosaico de ganadores y perdedores geográficos.
Ciudades en el sur y el oeste de EEUU, como Phoenix, Arizona, y Austin, Texas, que experimentaron un auge significativo durante la pandemia, ahora ven descensos más pronunciados en los valores de las propiedades.
Por el contrario, mercados en el noreste y el medio oeste, como partes de Nueva York y Chicago, muestran una mayor resistencia y estabilidad, según un análisis del portal Zillow.
Esta disparidad, afirman, se atribuye a factores como el crecimiento del empleo local y la asequibilidad histórica de la vivienda, configurando un mercado donde la ubicación es, más que nunca, determinante.
Oportunidad para un sector
Para el comprador que esperó su momento, el panorama actual representa una oportunidad dorada. Después de años de competir ferozmente por cada propiedad y aceptar precios elevados, el poder de negociación regresó.
Los vendedores, urgidos por el estancamiento, ahora están más dispuestos a ofrecer concesiones, desde rebajas de precio hasta la asunción de costos de cierre o incluso ayudas para la tasa hipotecaria del comprador.
Redfin, una importante agencia inmobiliaria estadounidense, reporta un aumento en el porcentaje de vendedores que reducen sus precios iniciales.
Esto permite a los compradores más tiempo para evaluar opciones, negociar términos más favorables y asegurar una inversión más sólida en un mercado que, finalmente, parece inclinarse a su favor.
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