La serie de monedas presidenciales de 2007, emitida por la Casa de la Moneda de Estados Unidos para rendir homenaje a los expresidentes, ha sorprendido a los coleccionistas con casos excepcionales de rareza que alcanzan precios sorprendentemente elevados.
Uno de los ejemplares más notables es el dólar presidencial de John Adams de 2007 acuñado en Philadelphia, que presenta un borde sin inscripciones. Esta anomalía, provocada por un error de fabricación, lo convierte en una joya numismática: en excelente estado de conservación, ha llegado a comercializarse por cerca de $141.000.
¿Cómo son estas monedas?
Otra pieza destacada es la versión proof de John Adams (2007‑S). Esta edición especial, concebida para coleccionistas, se distingue por su perfección técnica y finísimo acabado; en condiciones impecables, su valor puede llegar a los $100.000.
No menos valorada es la moneda de George Washington de 2007 también sin leyenda en el canto. Aunque menos escasa que la de John Adams, su rareza y buen estado elevan su precio hasta aproximadamente $17.700, superando con creces su valor nominal.
La colección presidencial comenzó en 2007 y se extendió hasta 2016, con el objetivo de rendir tributo a presidentes fallecidos mediante monedas circulantes y versiones para coleccionistas.
¿Cuál es el material de estas monedas?
De acuerdo con el portal La Opinión, estas monedas consisten en un núcleo de cobre recubierto con una aleación de latón y manganeso, y en general no tienen gran valor por el metal, sino por su rareza o características atípicas.
Estos casos ponen de manifiesto que incluso numismática moderna puede esconder piezas de alto valor. Para aficionados y potenciales vendedores, estas monedas representan un recordatorio de que pequeños errores o ediciones especiales pueden convertirse en verdaderas fortunas.
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