El huevo frito es una preparación básica y popular en muchas cocinas del mundo. Consiste en cocinar un huevo, generalmente en una sartén con un poco de aceite o mantequilla, dejando la yema intacta y líquida, mientras que la clara se cocina hasta quedar firme.
Aunque parece sencillo, lograr un huevo frito perfecto puede ser todo un reto. La dificultad radica en encontrar el equilibrio justo entre una clara cocida y una yema fluida, sin que se queme el borde o se rompa la yema al manipularlo.
Un huevo frito perfecto tiene bordes ligeramente dorados, clara firme sin estar gomosa y una yema brillante y líquida. Factores como la temperatura del aceite, el tipo de sartén, la frescura del huevo y el tiempo de cocción influyen directamente en el resultado.
Por eso, a pesar de su simplicidad aparente, requiere técnica, atención y práctica para dominarlo completamente, y hoy te contamos cómo obtenerlo como todo un chef profesional.
El huevo frito perfecto de Dani García
El chef español, conocido por su restaurante Leña y el haber logrado dos estrellas Michelin simultáneamente, revela que la clave para preparar un huevo frito perfecto reside en tres elementos fundamentales: utilizar un huevo extremadamente fresco, controlar la temperatura y escoger el aceite adecuado.
Según García, aunque freír un huevo puede parecer una tarea sencilla, requiere atención total y concentración para evitar que algo falle incluso en casa. Como objetivo culinario, busca una clara apenas dorada y una yema completamente líquida, que considera “la mejor salsa natural del mundo”.
El procedimiento recomendado es sencillo pero preciso:
Primer paso: usar un huevo lo más fresco posible, ya que esto influye directamente en la textura y firmeza de la clara.
Segundo paso: controlar la temperatura del aceite; sin un calor bien regulado, no se logra ese contraste perfecto entre la clara cocida y la yema líquida.
Tercer paso: seleccionar el tipo de aceite adecuado, preferiblemente uno con buen punto de humo como el aceite de oliva virgen extra, para asegurar una cocción pareja y sin sabores indeseados.
Dani García enfatiza que estos tres pilares definen la experiencia del huevo frito casero elevado a excelencia. Aunque admite que en ocasiones incluso él puede pasarse si no está completamente concentrado, su técnica busca reproducir cada vez ese equilibrio de textura y sabor que distingue a un gran cocinero.
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