La somnolencia postprandial, también conocida coloquialmente como "bajón después de comer", es esa sensación de sueño, debilidad y falta de concentración que muchas personas experimentan tras comidas abundantes en carbohidratos.
Según la Secretaría de Salud de México, esta fatiga tras comer se debe principalmente a un rápido aumento en los niveles de glucosa en sangre y a una digestión lenta, lo cual reduce los niveles de energía. Los síntomas comunes incluyen somnolencia, pesadez corporal, poca concentración y en algunos casos mareo.
¿Por qué sucede?
El consumo de comidas ricas en carbohidratos simples puede provocar alteraciones en los niveles de azúcar en sangre, generando fatiga durante la tarde.
Si se experimenta somnolencia postprandial de forma frecuente, incluso sin ingerir grandes cantidades o comidas pesadas, puede ser una señal de desequilibrios metabólicos o de ritmo circadiano.
También, un metabolismo lento, problemas digestivos e incluso el consumo excesivo de alcohol pueden intensificar esta fatiga.
¿Cómo evitar el sueño después de comer?
Para reducir la somnolencia postprandial se sugieren varias estrategias útiles:
1. Porciones balanceadas y moderadas: evita comidas excesivamente grandes o ricas en carbohidratos simples. Preferir combinaciones más equilibradas ayudará a estabilizar la energía.
2. Hidratación adecuada: mantenerse bien hidratado favorece la digestión y el estado de alerta.
3. Actividad física regular: una breve caminata después de comer puede ser muy efectiva para activar el sistema y reducir la fatiga.
4. Descanso adecuado y horarios regulares de comida: dormir bien y mantener horarios constantes fortalecen el ritmo circadiano y reducen la somnolencia diurna.
Otros consejos útiles incluyen evitar alimentos ultraprocesados o de alto índice glucémico, y en su lugar optar por proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos que prolongan la energía y evitan el bajón energético.
También se recomienda exponer al cuerpo a luz natural tras comer, mantener el ambiente bien iluminado y evitar temperaturas bajas que favorezcan la somnolencia. Una breve siesta de entre 10 y 20 minutos puede ser beneficiosa, siempre que no se prolongue en exceso.
¿Cuándo es aconsejable acudir al médico?
Aunque la somnolencia tras comer suele ser una respuesta fisiológica normal, hay señales de alerta que indican cuándo podría requerir atención médica. Si el sueño después de comer ocurre con frecuencia, incluso sin grandes ingestas, y va acompañado de síntomas como cansancio constante, podría estar vinculado a enfermedades como apnea del sueño, narcolepsia o trastornos metabólicos.
También es importante tener en cuenta que podría estar relacionado con resistencia a la insulina, un problema metabólico que afecta el control del azúcar en sangre.
Si las medidas para mejorar el estilo de vida no logran aliviar este cansancio o si hay sospecha de estas condiciones, se recomienda realizar exámenes médicos completos para descartar causas más graves y preservar la salud general.
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