Los suplementos son productos que contienen nutrientes como vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos, ácidos grasos u otras sustancias que ayudan a complementar la alimentación.
Su principal función es cubrir posibles deficiencias nutricionales o apoyar ciertas necesidades del organismo, como el aumento de masa muscular, la mejora del rendimiento físico o el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Sin embargo, los suplementos no deben reemplazar una dieta equilibrada ni un estilo de vida saludable. Su consumo es recomendable solo cuando existe una carencia comprobada o una demanda nutricional mayor, como en deportistas, embarazadas, personas mayores o quienes siguen dietas restrictivas.
Antes de iniciar cualquier suplementación, es importante consultar a un médico o nutricionista, ya que el exceso o el uso inadecuado puede generar efectos secundarios o interferir con medicamentos.
Suplementos sin control médico
El endocrinólogo Antelm Pujol advierte que muchos suplementos que se promocionan para aumentar la longevidad no tienen pruebas sólidas de que funcionen y, en algunos casos, pueden ser contraproducentes.
Un ejemplo que menciona es la megadosis de vitamina C. Aunque la vitamina C es importante para el organismo, tomarla en cantidades excesivas podría interferir con los efectos del ejercicio: “puede reducir las ganancias de masa muscular y la pérdida de grasa”, señala Pujol.
También habla de suplementos con NAD (nicotinamida adenina dinucleótido). En estudios con animales han mostrado resultados prometedores respecto al envejecimiento y la función mitocondrial, pero en humanos la evidencia es limitada. Los estudios hasta ahora no han demostrado mejoras claras en salud cardiovascular, metabólica o cognitiva que justifiquen su uso generalizado.
Otro compuesto mencionado por Pujol es el resveratrol, presente en uvas y vino tinto. En animales ha dado buenos resultados para retrasar el envejecimiento, pero en humanos los estudios muestran resultados inconsistentes: algunos sugieren efectos beneficiosos como menos inflamación o mejor función cognitiva, otros no.
Pujol propone centrarse en métodos con respaldo más sólido como mantenerse físicamente activo, hacer entrenamiento de fuerza para conservar músculo, huesos y metabolismo y llevar una constancia en el ejercicio.
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