El estrés es una respuesta natural del cuerpo y la mente ante situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes. Se manifiesta tanto física como emocionalmente, provocando síntomas como tensión muscular, irritabilidad, ansiedad o dificultad para concentrarse.
Aunque en pequeñas dosis puede ser útil para enfrentar retos, el estrés prolongado afecta la salud. Sus causas son diversas y dependen de factores externos e internos.
Entre las externas se encuentran problemas laborales, exigencias académicas, conflictos familiares o cambios importantes en la vida. Internamente, se relaciona con la manera en que cada persona percibe y enfrenta las situaciones, incluyendo la falta de habilidades para manejar la presión, pensamientos negativos o expectativas poco realistas.
Otros factores que contribuyen son el estilo de vida, la falta de descanso, la alimentación inadecuada y la ausencia de apoyo social. Reconocer las causas del estrés es esencial para prevenirlo y manejarlo efectivamente.
Técnicas de relajación para evitar el estrés
El Harvard Health presenta seis técnicas de relajación respaldadas por una investigación para reducir el estrés. Estas prácticas ayudan a activar la "respuesta de relajación", un estado fisiológico que contrarresta los efectos negativos del estrés.
Practicar cualquiera de estas técnicas durante al menos 20 minutos al día puede proporcionar beneficios significativos para la salud mental y emocional. Se recomienda probar varias para determinar cuál funciona mejor para cada individuo.
Enfoque en la respiración: consiste en realizar respiraciones profundas y lentas, lo que ayuda a calmar la mente y reducir la ansiedad. Es especialmente útil para personas con trastornos alimentarios, ya que promueve una relación más positiva con el cuerpo.
Exploración corporal: combina la respiración profunda con la relajación muscular progresiva. Se enfoca en liberar tensiones físicas en diferentes partes del cuerpo, aumentando la conciencia de la conexión mente-cuerpo.
Imágenes guiadas: implica visualizar mentalmente escenas o lugares tranquilos para inducir la relajación. Puede ser beneficioso para reforzar una visión positiva de uno mismo, aunque puede resultar desafiante para quienes tienen pensamientos intrusivos.
Meditación mindfulness: se centra en la atención plena al momento presente, observando los pensamientos sin juzgarlos. Esta práctica ha demostrado ser útil para personas con ansiedad, depresión y dolor crónico.
Yoga, tai chi y qigong: estas disciplinas combinan movimientos suaves con respiración controlada, mejorando la flexibilidad y el equilibrio, y proporcionando un enfoque mental que ayuda a reducir el estrés.
Oración repetitiva: consiste en repetir en silencio una palabra o frase significativa mientras se practica la respiración profunda. Es especialmente atractiva para quienes encuentran consuelo en la espiritualidad.
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