El hígado graso, o esteatosis hepática, ocurre cuando se acumula grasa en las células del hígado. Esto puede deberse a diversos factores, como el consumo excesivo de alcohol, una dieta alta en grasas y azúcares, el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2 o el colesterol alto. También puede presentarse en personas delgadas, especialmente si llevan una vida sedentaria o tienen predisposición genética.
Tener hígado graso puede afectar significativamente la salud. En sus etapas iniciales, suele no presentar síntomas, pero si no se trata, puede avanzar a inflamación del hígado, fibrosis e incluso cirrosis, una condición grave que puede derivar en insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
El hígado graso está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. La buena noticia es que, con cambios en el estilo de vida como una alimentación saludable, ejercicio y control del peso, la condición puede revertirse o mejorar notablemente.
Hierba aromática para depurar el hígado graso
Para tratar un hígado graso los médicos recomiendan una reducción de peso, ejercicio regular y una alimentación saludable. En este contexto, el perejil se revela como una planta medicinal de gran ayuda.
Esta hierba tiene propiedades diuréticas, antioxidantes y antiinflamatorias, gracias a su contenido en vitaminas (C, A, B12, K), minerales, fibras y flavonoides. La fibra favorece la eliminación de desechos, mientras que los antioxidantes y compuestos antiinflamatorios ayudan a proteger las células hepáticas y reducir la inflamación.
Además, el perejil estimula la producción de bilis, facilitando la digestión de las grasas y ayudando al hígado a eliminar toxinas acumuladas. Los compuestos bioactivos del perejil, como el apiol, la miristicina y la clorofila, desempeñan un papel directo en esta limpieza hepática.
¿Cómo consumir el perejil para obtener beneficios?
La mejor forma es hirviendo un manojo de perejil fresco en un litro de agua durante unos 10 minutos, dejar reposar, colar y consumir un vaso al día, preferiblemente en ayunas o antes de acostarse. Puede tomarse caliente o frío y se puede añadir limón, menta o miel al gusto.
Aunque los resultados en humanos requieren más estudio, investigaciones en animales han mostrado efectos hepatoprotectores del perejil, reduciendo el daño hepático.
En resumen, integrar esta infusión en una rutina saludable (dieta equilibrada, ejercicio y reducción del alcohol) puede ser un aliado natural valioso en el tratamiento del hígado graso. Eso sí: antes de incorporarla de forma habitual, conviene consultar con un profesional para descartar contraindicaciones.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales