En el gran estadio del fútbol mundial, las cifras cuentan historias muy distintas. Mientras las estrellas masculinas firman contratos por millones de dólares que acaparan titulares, sus colegas femeninas, reciben una fracción de esos ingresos. Esta enorme brecha salarial, lejos de ser un simple dato económico, ha encendido una de las discusiones más complejas en el deporte, ¿es una cuestión de justicia y equidad, o simplemente es un reflejo del mercado?
Trabajo y rendimiento
Quienes abogan por la equidad salarial se basan en un principio: el valor del trabajo debería ser independiente del género. Defensores de esta causa, como el futbolista español Héctor Bellerín, sostienen que el esfuerzo y el sacrificio de las jugadoras deben ser reconocidos de igual forma. "Lo que deseo es lo justo, que todos ganemos lo mismo. Que todos seamos profesionales, que tengamos los mismos derechos y que exista igualdad", declaró Bellerín, quien agregó: "los del fútbol masculino debemos ser los primeros en ayudar, porque nosotros tenemos la plataforma, tenemos los recursos".
El caso de la Selección Nacional Femenina de Estados Unidos (USWNT) es un claro ejemplo de rendimiento. Con un historial superior al de su equipo masculino, incluyendo cuatro Copas Mundiales y cuatro medallas olímpicas, el equipo marcó un precedente en 2022 al llegar a un acuerdo con la Federación de Fútbol de EE. UU. (USSF) para recibir la misma compensación.
Audiencia e ingresos
Sin embargo, la realidad económica contrarresta los argumentos éticos. Quienes se oponen a la equiparación salarial sostienen que los ingresos de los atletas son un reflejo directo del dinero que sus ligas y equipos generan. Ramsey Ferrero, creadora de contenido en diversas plataformas, planteó una pregunta directa que resume este punto de vista: “¿Pagaría usted 500 euros por una entrada para ver un partido de futbol femenino cómo han hecho millones de hombres para ver futbol masculino? Normalmente no, ¿verdad? Pues ahí tiene la respuesta”. La inmensa brecha en los derechos de televisión, los patrocinios y la venta de entradas entre las ligas masculinas y femeninas es la principal defensa de esta disparidad.
El periodista Ricardo Fernández Deu ofreció una perspectiva similar, enfocada en la lógica del mercado. "El señor Messi, el señor Lewandowski o el señor Vinicius, cobran en función del dinero que generan", afirmó. Fernández Deu explicó que los salarios de los jugadores son pagados por empresas publicitarias que ganan mucho dinero al asociarse con ellos. El Mundial de la FIFA masculina de 2022, por ejemplo, generó ingresos superiores a los 7.500 millones de dólares, una cifra muy lejana de los 570 millones que generó la Copa Mundial Femenina de 2023.
Esta disparidad de ingresos es tan evidente en el mundo del fútbol que el exfutbolista Javi Poves, desde su posición como dirigente, declaró: "cuando se afirma que las mujeres deben cobrar lo mismo en el fútbol es porque no se tiene ni idea de lo que se habla”. Para el periodista Ricardo Fernández Deu, la igualdad salarial no llegará hasta que las jugadoras puedan generar el mismo tipo de ingresos para estas marcas. "El día que Jennifer Hermoso o Alexia Putellas estén en condiciones de acreditar la promoción de un producto que le genere a la empresa millones de beneficios, pues los obtendrá en justa reciprocidad y consecuencia”, afirmó.
En última instancia, el debate sobre los salarios en el fútbol se ha convertido en un reflejo de una sociedad que lucha por encontrar un punto de equilibrio entre sus ideales y la realidad. Por ahora, las cifras siguen mandando. Pero con cada nuevo récord de audiencia del fútbol femenino y cada vez más presión social, la discusión se intensifica. El resultado final de este partido, que se juega tanto en las canchas como en los despachos, está todavía por verse.
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