Usar protector solar es fundamental para cuidar nuestra piel de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta (UV). La exposición sin protección puede provocar quemaduras, envejecimiento prematuro, manchas y, en casos más graves, cáncer de piel.
Este actúa como una barrera que disminuye estos riesgos y ayuda a mantener la piel sana a lo largo del tiempo. Es importante aplicarlo todos los días, incluso cuando el clima está nublado, ya que los rayos UV atraviesan las nubes.
Lo esencial es elegir un protector adecuado para el tipo de piel y la actividad que se realice. Sin embargo, existen fórmulas específicas para ciertas zonas más sensibles, como el rostro o los labios, que requieren mayor cuidado.
¿Qué protector usar?
Un estudio de la Universidad de Harvard resalta la importancia de elegir un protector solar de amplio espectro, que brinde protección tanto contra los rayos UVA como los UVB, ya que ambos contribuyen al envejecimiento cutáneo y al riesgo de cáncer de piel.
Indica que es fundamental que el producto sea resistente al agua y al sudor, y que en la etiqueta se especifique el tiempo de cobertura, normalmente entre 40 y 80 minutos, para garantizar su eficacia durante actividades al aire libre.
El factor de protección recomendado opta por SPF 50+, ya que ofrece una mayor barrera frente a los daños ultravioleta. También se advierte sobre el almacenamiento del protector, su eficacia disminuye si se mantiene en condiciones de calor extremo.
El estudio aconseja complementarlo con prendas protectoras, como sombreros y ropa adecuada, para una defensa más completa ante el sol. En cuanto al formato, se deben evitar los protectores en aerosol o polvo e insecticidas combinados; en su lugar, se recomienda preferir lociones o cremas, que permiten una aplicación más uniforme y segura.
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